Cuentas en otras divisas

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Contratar cuentas en otras divisas puede beneficiarte en cuanto a la rentabilidad que te ofrece este producto, pero igualmente puede generarte muchos problemas. Esta clase de cuentas, que están disponibles en todos los bancos, pueden suscribirse en las principales divisas internacionales (dólar norteamericano, libra esterlina, franco suizo…). Y claro está, se rigen por otro cambio diferente al euro.

Para formalizar este producto para el ahorro, lo primero que deberás hacer es hacer una operación de cambio hacia la moneda en la que se basará tu nueva cuenta. Esta sencilla operación, conlleva una comisión que encarecerá el producto. Pero que puede ser beneficioso si la rentabilidad que proporcione va a ser mayor que en la moneda de origen.

Si aciertas con la elección de la divisa, la rentabilidad será mucho mayor, y elevará los ratios – ya de por sí débiles – que proporcionan estos productos bancarios. Pero también el riesgo puede ser mucho más acusado, si la evolución de la moneda seleccionada no se desarrolla como tú esperabas.

Y que se trata de un mercado, el de divisas, actualmente muy volátil, en donde hay que estar excesivamente pendientes de su evolución, si no quieres llevarte una sorpresa negativa cada vez que te proporcionen los intereses. Que por otra parte, tienen una periodicidad en el cargo de los intereses igual al de otras cuentas, mensual, trimestral o anualmente.

A través de las cuentas en divisas podrás realizar todas las operaciones bancarias, como si de una cuenta convencional se tratase: transferencias, pagos, domiciliaciones de recibos, etc. Y que incluso puedes formalizarlas desde Internet, para conocer en cualquier momento el estado de tus movimientos.

 

Solamente están accesibles para las divisas internacionales más importante, y si lo que deseas en contratarla en otra moneda de menor importancia, no tendrás más remedio que consultarlo con tu banco para que den una solución al deseo tuyo. No obstante, la diferencia en la rentabilidad entre unas y otras no es excesiva. Y fundamentalmente porque el saldo en estos productos bancarios no es excesivo, y por tanto, la desviación es mínima. Siendo aconsejable el cambio solamente para cuentas con aportaciones muy importantes.