Cuentas que generan depósitos

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¿Se imaginan que a través de una cuenta pueden contratar un depósito? Pues es ya una realidad que presentan las entidades bancarias para captar los ahorros de sus clientes. No en vano, algunos bancos han lanzado este modelo de cuentas. Y bajo una rentabilidad mayor, que no se puede obtener bajo las imposiciones a plazo.

Se trata de unas cuentas, que en muchos casos requieren de la domiciliación de la nómina de sus clientes, y que dan derecho a contratar un depósito bajo mejores condiciones. Son de plazos de permanencia más cortos, entre 3 y 6 meses, y que se desarrollan con un tipo de interés que puede alcanzar el 2%. No contemplan comisiones, ni otros gastos en su gestión, y en la mayoría de los modelos no está permitida su cancelación anticipada.

Tampoco son para todo tipo de importes, sino que por el contrario, se limitan a pequeñas aportaciones, que en cualquier caso no exceden de 10.000 euros. Tampoco son renovables, y en es bastante frecuente que estas ofertas vayan destinadas a nuevas aportaciones o clientes de nuevo cuño.

Estas promociones también están confeccionadas para que puedan ser suscritas solamente una vez, y no de forma ilimitada, como ocurre con la mayoría de estos productos bancarios. Otro aspecto que presentan es que los intereses son abonados a su vencimiento. Se ofertan con ciertos requerimientos, y en donde a la ya mencionada domiciliación de la nómina, se le añaden la de los principales recibos domésticos (luz, agua, gas, etc.).

Una de las propuestas más interesantes es la que viene desarrollando Bankinter. Y que a través de su cuenta nómina puede suscribirse una imposición con una rentabilidad que proporciona el tipo de interés más alto del mercado bancario, concretamente del 5%. No obstante, está destinado exclusivamente a nuevos clientes.

Ofreciendo, por otra parte, las mismas prestaciones que en las cuentas de ahorro tradicionales: tarjetas de crédito o débito, transferencias, acceso a Internet y una amplia gama de seguros de forma gratuita. Aunque las cuentas se mantienen bajo una rentabilidad mínima, que no sobrepasa la barrera del 0,50%.