¿Qué es una cuenta corriente?

Las cuentas corrientes son un tipo de cuenta de depósito en un banco o institución financiera en el que el titular de la cuenta deposita dinero y puede acceder a él de manera fácil y rápida a través de una chequera, retirando en cajeros automáticos utilizando una tarjeta o retirando el dinero directamente en ventanilla en una sucursal del banco donde tiene la cuenta. A diferencia de las cuentas de ahorro, las cuentas corrientes no brindan al titular de la cuenta ningún beneficio por intereses sobre el dinero que tiene depositado en la misma.

Las cuentas corrientes nacieron al inicio del siglo XVI en Ámsterdam, Holanda, pues esta era una gran ciudad comercial y mercantil en la que las personas iban ganando grandes sumas de dinero y necesitaban guardarlas de manera segura con “cajeros” con el fin de proteger su bienestar económico. Estos cajeros guardaban el dinero y cobraban una tasa o tarifa y con el tiempo fueron prestando otros servicios, por ejemplo, entregar dinero a una persona a quien el depositante le hubiera entregado una carta indicando que debía recibir una suma de dinero determinada y esta carta se guardaba como prueba de pago.

 Existen varios tipos de cuentas corrientes según el número de titulares: una cuenta corriente es individual cuando tiene un solo titular, conjunta cuando tiene dos o más titulares y la firma de todos es necesaria para ejecutar cualquier transacción, o indistinta cuando tiene dos o más titulares pero solo se necesita la firma de uno para efectuar transacciones.