¿Para qué nos sirve una cuenta corriente?

cuentas

La cuenta corriente es uno de los productos más habituales entre los usuarios bancarios, y a la vez de los más sencillos de utilizar y comprender. Prácticamente todo el mundo comprende la estructura de este producto, que otra parte no requiere de un aprendizaje especial, y que los utilizan los niños, mayores, autónomos, y todos los clientes en general.

Pero a pesar de ser un diseño de fácil comprensión, es importante que sus titulares sepan que puedan hacer con sus cuentas, todas las prestaciones que genera este producto, y que van más allá de las acciones puramente monetarias. Habrá que obtener el máximo provecho desde el mismo momento de su contratación

Permiten realizar casi todas las operaciones bancarias, desde la retirada de efectivo hasta transferencias, tanto nacionales como fuera de nuestras fronteras. Incluso estarán asociadas a nuestras tarjetas de crédito y débito, para completar la relación del cliente con su entidad.

Favorecen la creación de un fondo de ahorro para el día de mañana, en la magnitud que deseen sus titulares. Y con una remuneración, aunque esté actualmente bajo mínimos como consecuencia del abaratamiento del dinero por parte del banco emisor europeo. Aunque hay cuentas de alta remuneración, normalmente no sobrepasan el 0,25% en la rentabilidad que ofrecen.

Serán indispensables para la domiciliación de toda clase de recibos domésticos (agua, luz, gas, móviles, etc.), pero también para que nos paguen la nómina o pensión. Y en definitiva, para todo tipo de transacciones económicas ante terceros.

Serán elementos básico e insustituible para hacer pagos de cualquier clase. No en vano, siempre nos pedirán el número de cuenta para cualquier operación. Los usuarios bancarios no podrán vivir sin este producto bancario, ya que estarían alejados de la sociedad.

Otros productos siempre estarán vinculados a una cuenta corriente o de ahorro. Tarjetas de crédito o débito, imposiciones a plazo, cualquier operación en renta variable, incluso la declaración de la renta o el pago de las multas. No nos podremos sustraer de esta realidad que rige nuestras relaciones económicas.